Segundas oportunidades
Hace
poco leía un post que hablaba sobre el tiempo de cada uno, de la importancia de
entender que cada uno de nosotros tiene aspiraciones y metas distintas, que
debemos dejar de poner nuestras expectativas en el mismo nivel de los demás y
comprender que cada quien tiene un camino propio, y por tanto tiene una manera
de buscar su felicidad diferente, si nosotros nos empeñáramos a tomar otro
camino que no fuera el nuestro, seguro nos sería más complicado puesto que
todos tenemos habilidades y objetivos que nos definen y nos hacen vivir nuestra
vida de manera única.
Todos en algún momento nos hemos preguntado,
sobre si lo que estamos haciendo hoy, nos acerca a donde queremos estar mañana,
muchos quizás hemos llegado a una edad a la que creíamos tendríamos muchas
cosas definidas y sin embargo seguimos en ese camino de descubrimiento. Cuando
hablo de segundas oportunidades no me refiero a una relación de pareja, me
refiero más bien a nosotros mismos, a lo que esperamos y queremos para nuestras
vidas. ¿Y es que cuantas veces no damos segundas oportunidades a los demás? Quizás
incluso a algo que no nos gusta y sin embargo nos esforzamos para lograr que
sea posible. Bueno, en esta ocasión quiero hablar sobre la posibilidad de darle
una segunda oportunidad a la que debería de ser la persona más importante, y
esos somos cada uno de nosotros.
A veces son incluso solo palabras las que nos pueden hacer sentir débiles ante nuestros sueños, incapaces de lograr nuestros objetivos, puedo decirles, que recuerdo cuando decidí irme de Au pair a USA y una persona me dijo que no pasaría ni un mes para que regresara a mi casa, pues yo no sabía lo que era realmente el mundo allá fuera. Muchas veces, le damos valor a ese tipo de palabras y dejamos que pesen y nos generan una gran carga que llevamos, sin darnos cuenta que las opiniones que los demás pueden llegar a tener de nosotros, no son siempre acertadas. Afortunadamente, no dejé que esa opinión cambiara mi decisión y aunque con algo de miedo, concluí e incluso alargué mi estancia, siendo esta una de mis mejores experiencias de vida hasta ahora.
Si bien, no siempre es fácil dejar el miedo atrás,
es importante que luchemos por lo que creemos y queremos, nadie más que
nosotros mismos conocemos nuestra fuerza interior ni los más profundos deseos
de nuestro corazón. Sin embargo, debo hacerles también una confesión, ese viaje
que mencioné anteriormente, no fue algo que estuviera rondando mi cabeza en
esos momentos, es decir, creo que casi dos años antes, ya lo había pensado,
incluso había asistido a la entrevista y sin embargo no había tenido la valentía
de hacerlo realidad. ¿La razón? Seguramente como nos sucede a todos, el miedo y
la indecisión se apoderaron por mucho tiempo de mi mente. A pesar de eso, fue
una de esas inquietudes, que aún con el pasar del tiempo, no se iba realmente
de mi cabeza, no era como que no me dejara dormir o ser, simplemente algo en mí,
me decía que tenía que intentarlo una vez más. Y bueno, como sabrán, así lo
hice, y hoy puedo decirles que no hay nada de lo que pudiera arrepentirme y que
haberme dado esa segunda oportunidad a mí misma, ha sido de las mejores cosas
que me pudo pasar.
Creo que mucho de esto, tiene que ver con
nuestra capacidad para creer, creer que es posible, aunque no siempre las
cartas estén a nuestro favor. Abrir nuevamente el corazón, con el riesgo de
salir lastimados, pero creyendo firmemente que es posible volver a enamorarnos,
a pesar de las previas decepciones o de la incertidumbre del mañana. Retomar
ese hobby que hemos dejado tan olvidado, pero que nos hace sentir tan libres y
plenos, apostarle a ese proyecto que hemos tenido en la cabeza, el cual
seguramente dejamos inconcluso plasmado en la libreta arrumbada en algún lugar.
Pensar en segundas oportunidades que tenemos
derecho a darnos, empezando por perdonarnos a nosotros mismos, si es que es
necesario, reconociendo nuestros
aciertos y aceptando nuestras fallas. En la medida que seamos capaces de aprender
las podremos entonces dejar atrás y bien tomarlas de impulso para salir
adelante. Se trata de Intentar con más fuerza, retomar esa dieta que con tantas
ganas comenzamos y que ahora parece tan imposible, aprender ese idioma que
parece tan difícil, tomar esa clase, juntar dinero para ese negocio o ahorrar
para ese viaje. Respirar hondo y no tener miedo a mandar ese CV o a presentarse
a esa entrevista de trabajo.
¿Por qué si en muchas ocasiones somos capaces
de darles otro chance a los demás, no empezamos con nosotros mismos? Quizás es
solo que le apostamos al caballo equivocado, sin saber que aquel que va a
correr más rápido es al que miramos todos los días frente al espejo, después de
todo Virgilio decía, que la fortuna era de los valientes.
Claro que no siempre es fácil, que no siempre recibimos las noticias que queremos u obtenemos los resultados que quisiéramos, pero si de algo estoy segura es que si dejamos de intentarlo no lo sabremos jamás, al menos, creo que nos lo merecemos, ya saben, hacerle caso a esa vocecita de nuestro interior que nos dice que no dejemos de creer, que no nos olvidemos de esos sueños que nos dan ese brillo tan singular en los ojos.
En algún lugar leí, que las cosas mas bonitas que nos van a pasar en la vida, van disfrazadas de miedo.
Claro que no siempre es fácil, que no siempre recibimos las noticias que queremos u obtenemos los resultados que quisiéramos, pero si de algo estoy segura es que si dejamos de intentarlo no lo sabremos jamás, al menos, creo que nos lo merecemos, ya saben, hacerle caso a esa vocecita de nuestro interior que nos dice que no dejemos de creer, que no nos olvidemos de esos sueños que nos dan ese brillo tan singular en los ojos.
En algún lugar leí, que las cosas mas bonitas que nos van a pasar en la vida, van disfrazadas de miedo.
Me gusta creer que como en algún momento
JMStorm escribió la magia sucede cuando no te rindes, a pesar de que quieras. El
universo siempre se enamora de un corazón obstinado.