Vivir en la distancia
No hay plazo que no llegue ni fecha que no se cumpla.
Me ha tomado mucho escribir esta entrada por que no encontraba un tema del que
me dieran ganas de escribir. Y bueno, estoy más que segura que las personas que
como yo andan lejos de casa quizás podrán identificarse un poco y las que no,
seguro podrán entendernos un poquito más. Al estar lejos, ves y sientes las
cosas de manera distinta, tienes la sensación que la vida va más deprisa,
siempre estás en movimiento, la mayoría del tiempo tu mente está ocupada
conociendo lugares y cosas nuevas, aprendiendo, descubriendo cosas que no sabías
de ti. Apostando y tomando decisiones muchas veces sin ayuda de nadie. Vuelves
a confiar en ti y también en los demás, en lo que te rodea, que aunque sabes
que es temporal se vuelve por ese determinado tiempo tu realidad, una realidad
que no terminas por creerte, pero a la que te acostumbras. Quizás por eso es
que en la distancia tendemos a sentir las cosas con más intensidad, tratamos de
disfrutar lo más posible y nos volvemos más valientes y aventureros.
Esta realidad paralela es sin duda un gran desafío,
por una parte vivimos conscientes que es solo una etapa y por la otra que se
trata de vivir el aquí y el ahora, el reto está en encontrar el balance entre
el presente y todo lo que está en nuestras manos para seguir cumpliendo metas,
para encontrar la manera de avanzar y regresar con más fuerzas y ganas de
seguir cumpliendo sueños.
Los cambios muchas veces son necesarios, nos ayudan a
desprendernos, nos mueven y nos recuerdan que estamos vivos y que tenemos todo
lo necesario para superar las pruebas. Pero cuesta, cuesta despedirse y dejar atrás
esa parte de ti que se ha enfrentado a tanto y se siente tan transparente,
ligera y sobretodo libre. Por un lado te sientes agradecido y feliz por lo que estás
viviendo, creas una nueva vida con cosas distintas que la hacen aún más
especial, por otra parte extrañas mucho a tu familia y amigos. Echas de menos
estar ahí para ellos y valoras aún más que ellos lo estén para ti. Sin duda
alguna descubres a tus verdaderas amistades y te alejas de personas que
terminas por entender que ya no forman más parte de tu vida, ves y sientes más
claro quien está ahí aunque estés a kilómetros y quien desde hace tanto ya no
lo estaba.
Detalles pequeños te emocionan, y muchas veces mueres
por sentir un abrazo o escuchar una risa y volver a sentirte parte, a la vez
sabes que sin ti la vida continua, que todo sigue su rumbo, que aunque
pareciera que nada cambia, lo hace, pero no te das cuenta porque el que más ha
cambiado has sido tú.
Las despedidas siempre son duras y lo son aún más
cuando sabes que quizás no volverás a ver a esos amigos que has hecho, porque más
que amigos se convirtieron en tu familia, en personas que al estar atravesando
por lo mismo se vuelven parte de tus días, de esta realidad un tanto prestada
que te ha enseñado tanto sobre ti. Y aprendes a valorar el tiempo y los
abrazos, entiendes que no vuelven más, que los lugares sin las personas que amas
son solo lugares, que estas experiencias se disfrutan más cuando las compartes.
Sin duda volver es más difícil que irse, es un nuevo sentimiento de miedo a lo
conocido y a lo desconocido, de ser esta nueva versión tuya y al mismo tiempo,
seguir siendo tú, solo que con una perspectiva distinta.
Pasas tanto tiempo
contigo que de alguna manera dejas de ser lo que ya no va contigo, no eres otra
persona, eres más tú mismo. Es complicado hasta cierto punto entender a alguien
que regresa, incluso para nosotros es nuevo sentirnos tan distintos. Pero de
eso se trata, de superar el miedo, de cerrar los ojos y confiar que todo irá
bien. De dar lo mejor de nosotros mismos, de atravesar por el proceso y caminar
hacia delante. Hay una frase que dice que los finales son tristes y los
comienzos un tanto aterradores, pero es lo que vivimos en medio de ellos, lo
que hace que la vida valga la pena. Muchos ciclos terminan y otros más
comienzan, pero está en nosotros encaminar esos sentimientos en ganas, ganas de
vivir, de salir adelante y ser felices a pesar de los momentos de dificultad,
de verlos como oportunidades de ser mejores cada día. Y la vida, la vida está
siempre llena de sorpresas, de personas y momentos que nunca imaginamos y que
nos demuestran que estemos en donde estemos siempre debemos seguir soñando.
Liz, Karla, Pao, Ale, Vivi,
Nat, Sofi gracias por enseñarme a ver la vida con otros ojos, por hacerme parte
de sus historias, y por compartir sus
caminos.. Se que siempre tendremos presente que la vida es muy bonita como para
desperdiciarla, que todo pasa, todo empieza y acaba..pero que lo que una vez se
comparte se vuelve parte de nosotros mismos y eso, eso es para siempre. Que la
vida esta para bailar aunque estemos cansadas, para reír aunque nos falte el
aire y para cantar aunque no tengamos voz.. gracias por enseñarme tanto de mi y
de ustedes, por inspirarme con sus historias de vida. Pero
sobretodo por ser la razón de que sea tan difícil decir adiós, gracias por
escribir este capitulo conmigo, por las sorpresas y las locuras juntas, sin
duda no hay locura mas bonita que la que se comparte.