Esto de correr riesgos
Puede que suene un poco trillado
porque todo esto empieza en una café de Starbucks
en donde estoy sentada, leyendo y estudiando un
poco, esperando a que reparen mi celular. Déjenme decirles que no hay
nada peor que tu celular muera estando en otro país, ¡es terrible! Pero
volviendo al Starbucks, creo que tiene que ver con el hecho de que tengo que
esperar 4 horas y que la música que esta de fondo es muy buena, así que
escribiré un poquito, ya saben, sobre esta aventura que atravieso.
Correr riesgos, sí, creo que
puedo resumir los 6 meses que llevo viviendo en el extranjero con esta sencilla
frase. ¿Y saben qué? No ha sido para nada fácil. Una de las cosas que muchas
veces vemos en las películas o pensamos es en empezar de cero, tomar una maleta
y comprar un ticket de avión que te lleve a cualquier lugar. Puedo decir que es
más o menos así, a diferencia que yo sabía a donde iba, por cuanto tiempo y que
iba a hacer. Ah y que no es necesario empezar de cero, porque hay demasiadas
cosas bellas que merecen seguir en mi vida.
Lo que no sabía
es con que me iba a encontrar, los paisajes tan bellos que iba a conocer
y las personas tan increíbles que me acompañarían en este capítulo.
Hace ya algún tiempo que deje de
creer que las cosas pasan por una razón, prefiero creer que somos participes
de nuestro destino y que son las cosas buenas que nos suceden y en los momentos
de dificultad cuando Dios nos ayuda, pero que al final la elección es nuestra. Me
gusta pensar que en realidad no hay un
plan, que la felicidad la debemos vivir día a día, porque tampoco es un
destino, es para mi más bien un estilo de vida, una manera de ver las cosas, de
sentirlas y disfrutarlas, un estado en el que a veces tenemos que pelear con
todas nuestras fuerzas para mantenerlo.
Algo que sí puedo asegurar, es
que el estar lejos te ayuda a valorar a las personas que amas y que siempre
están para ti, personas que con cosas tan chiquitas y cotidianas te vienen a la
mente, personas que con un mensaje te alegran el día. Al estar lejos descubres
que solo te tienes a ti, que debes valerte por ti mismo, lo que no es del todo
malo, porque también te da la oportunidad de darte cuenta de que estas hecho,
esto de salir de la zona de confort no es tan sencillo, pero de verdad vale la
pena. Y es que no hay nada más bonito que sorprenderte a ti mismo.
No sé, pero dicen que hay que
tomar las oportunidades por mucho miedo que nos dé, que hay que cambiar los no
por sí. Toda esta travesía ha sido un reto diario y creo que hoy puedo decir
que soy más valiente de lo que alguna vez fui, o quizás lo era pero no lo
sabía. He reído y llorado intensamente, me he dejado ser y sentir, y eso es
absolutamente increíble.
El estar lejos de casa siempre
nos trae nostalgia y esa sensación de sentirnos ajenos, pero también vivos y
pertenecientes a algún lado; De extrañar y extrañar mucho, de seguir soñando y
aprendiendo. Quizás al final de todo esto, pueda ser una mejor versión de mi
misma. Aunque para serles sincera a veces siento que ya lo soy, que aunque sea
poquito he podido avanzar en muchos sentidos. Dicen que es la actitud que
tomamos ante las situaciones que se nos presentan la que nos define como
personas y nos da la pauta para sacar lo mejor o lo peor de cada uno de
nosotros. Las gafas que nos ponemos para ver la vida y lo que estamoa atravesando.
El tiempo vuela, y es realmente
valioso, por mucho que tratemos no regresa ni espera. Quizás en todo eso recae
la belleza de nuestro propio existir de saber que somos efímeros y que un día
si bien lo hemos hecho sonreiremos al ver lo que hemos vivido. Que cada instante aunque a veces no parezca o lo olvidemos una vez que es vivido se ha ido. Pero que todo eso nos deja un aprendizaje y sobretodo experiencias y recuerdos que nos hacen ser quienes somos.
Hace poco le decía a una de mis amigas que ojala la vida fuera
como los aeropuertos, con señales por todos lados, ya saben, para no perderse.
Y aunque hay muchas cosas que no entiendo aun del todo, y que quizás nunca
entenderé, creo que en eso recae la magia, de este laberinto que llamamos
vida. De no saber que nos espera el día
de mañana y de tener la oportunidad de decidir cómo queremos que termine la
historia. Ya que aunque hay muchas cosas que no están en nuestras manos, cosas
que nos cuesta mucho comprender e incluso aceptar, hay muchas otras que nos
hacen sonreír. Y mientras tengamos eso, quizás de verdad no haya imposibles que
no podamos conquistar, y si los hay,
después de todo la única forma de saberlo es intentándolo.